lunes, 8 de febrero de 2010

Hiel






En Haití se oscurece hoy el cielo
tinto en sangre, desazón ,reproches.
No hay temor más cabrón, ni peor miedo
que el miedo a que caiga la noche.

El hedor de la angustia ,de la espera
es el peor olor que hay, el más canalla.
La visión de la muerte en las aceras,
el dolor que asesina las mañanas...

Maldito sea el humor divino,
malditas lágrimas de los vivos,
malnacido dios que amenaza...


Bendita sea la ayuda humanitaria,
benditas las sonrisas de los parias...
Mientras haya vida, hay esperanza.

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