jueves, 10 de febrero de 2011

Clonazepam y circo

Hubo una epidemia, de tristeza en la ciudad....
Ruido- Sabina.http://www.youtube.com/watch?v=qZGS54Xv3eM

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El presentador del noticiario de turno dio la noticia.
Tenía el mismo timbre monótono con el que anunciaba el desplome de los tipos de interés, un asesinato de una mujer a manos de su ex-marido o publicitaba orquestadamente el disco del último ídolo de plástico o la película de la enésima aspirante a novia de América.

El tono era el mismo si, pero las violáceas ojeras imposibles de disimular bajo la gruesa capa de maquillaje, el destello de miedo en la retina y el rictus congelado en la cara hacían presagiar el abismo.

Ni él se había librado de una epidemia que había contagiado a la mayoría de la gente.
Las farmacias clamaban por los saqueos y la alarmante falta de stock de lorazepanes y demás ansiolíticos, Prozac había multiplicado por mil sus acciones en bolsa y el mero hecho de pensar en un suicidio por sobredosis de barbitúricos resultaba cómicamente utópico en medio de tanta vorágine.

El Orfidal con leche caliente había pasado a ser la cena oficial de esta oscura ciudad, la nube negra clamaba por disiparse y se había disparado el consumo de películas de Meg Ryan, de ciencia ficción e incluso hubo un repunte de novelas de Daniele Steeel y demás romanticismo de fast food. .

En lo que se refiere a mí, acepté por una vez que me arrastraba la corriente y tiré la máscara de ironía, la eterna mueca y la apariencia de seguridad y amor propio.

Por esta vez, dejé de convencerme de tener un brillo especial, cogí 3 clonazepanes, los ayudé a pasar con un trago de jack daniel y me tapé la cabeza con las mantas, dispuesto a dormir las 18 horas de rigor.