Nueva Orleáns era un lugar para esconderse.
De Joe el Negro, de los que me buscaban, de ti y de mi mismo. El olor de la improvisación, de la inspiración, del nada escrito de cada esquina era el olor del Misissippi, el olor de la ciudad.
Tuve que llegar a pie , después de que el jodido revisor llegara antes de tiempo.
¿Tenía yo cara de tener billete?
El muy idiota, supongo, pensó que sí y por eso preguntó.
Nos podría haber ahorrado un mal rato a los dos.
….porque a ver quien le arregla ahora la nariz al pobre desgraciado.
2 comentarios:
hey joe, where you going with that gun in your hand?
i'm goin down to shoot my old lady
el olor del sexo está en el aire
de la destrucción
del café expres, de la nicotina rancia
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